Etiquetas
Barcelona, Celia Blanco, conrad son, dora venter, FICEB, IFG, karina sky, michelle wild, Sophie Evans
El otro día andaba por casa de mis padres buscando unos papeles de mis tiempos universitarios. Husmeando entre gráficas macroeconómicas, análisis de coste beneficio o escritos de Alfred Marshall me encontré con una pequeña sorpresa. Camufladas al fondo de un cajón había unas cuantas cintas VHS sin identificación alguna que no había visto desde hace años.
Por aquellas películas Jenna Jameson se afanaba en apagar incendios mientras daba buena cuenta de alguna que otra manguera más carnal, Chasey Lain trataba de salvar el mundo embutida en un diminuto vestido de enfermera o Angelica Bella debía soportar estoicamente los burdos acercamientos de un oficial nazi que terminaba por aliviarse manualmente en un plato de sopa.
Pero la sorpresa mayor llegó con un pequeño álbum de fotos que creía totalmente desaparecido desde que olvidé el escondrijo en el que lo había guardado, hacía más de una década, temiendo que cayera en malas manos. Y no era para menos tanto celo por mi parte, ya que en aquellas instantáneas estaban plasmadas las andanzas de un par de jovenzuelos en lo que parecía ser una especie de festival erótico. Evidentemente yo era uno de esos chavales y la feria de sexo no era otra que el FICEB del año 2002. Mi primer FICEB.